A veces se suele trabajar mejor bajo presión que con tiempo.......a veces dije.
Me habían pedido hacer una ilustración sobre el tema del reciclaje, específicamente Nike, que es una de las empresas que mayor tiempo llevan haciendo y trabajando sobre la ecología.
Al principio no se me ocurría nada, sobre todo cuando el cliente dice expresamente que espera ser sorprendido, es como si con esa frase magica cerrara toda probabilidad de sorprenderlo.....y ahí me tienen bocetando, y tratando de encontrar un estilo que se adaptara y complementara muy bien con el tema del reciclaje.
Al principio trate de hacer algo a mano, con acuarelas y tinta, pero yo quería que los colores fueran mas fuertes y la acuarela es un poco tenue en sus colores, asi que me decidí hacer un foto-arte, basado en la idea original que ya estaba trabajando en acuarela...un chico saltando, al principio quise que fuera un skate, pero temí en encerrar a una sola disciplina lo que abarca Nike, asi que mejor coloque a un joven saltando y dejando una estela como si creara vida, donde la naturaleza jugaba el papel importante, y avanzando hacia la industria contaminante.
El resultado me gusto mucho, y a pesar de la presión logró salir algo bueno a mi parecer.
>Reciclaje/photoshop 7.0/illustrator CS2
Thursday, October 25, 2007
Tuesday, October 2, 2007
Soy de una tierra hermosa....del sur
Hace unos meses regrese al lugar donde nací. Es bárbaro voltear al pasado y ver que todo lo que ha pasado no es más que historias guardadas para un futuro, que ha sido lucha y nostalgias, historias que aún siguen y seguirán vivas.
He tomado unas fotos, aqui subo las primeras junto a un fragmento del Pedro Páramo, según yo uno de los dialogos mas hermosos que se hayan escrito.
"El agua que goteaba de las tejas hacia un agujero en la arena del patio. Sonaba: plas, plas, y luego otra vez plas, en mitad de una hoja de laurel que daba vueltas y rebotes metida en la hendidura de los ladrillos. Ya se había ido la tormenta. Ahora de vez en cuando la brisa sacudía las ramas del granado haciéndolas chorrear una lluvia espesa, estampando la tierra con gotas brillantes que luego se empañaban. Las gallinas, engarruñadas, como si durmieran, sacudían de pronto sus alas y salían al patio, picoteando de prisa atrapando las lombrices desenterradas por la lluvia. Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, irisaba todo de colores, se bebía el agua de la tierra, jugaba con el aire de la mañana...
Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes. Cuando volábamos papalotes en la época del aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente del pueblo mientras estábamos encima de él, arriba de la loma, en tanto se nos iba el hilo de cáñamo arrastrado por el viento. 'Ayúdame, Susana'. Y unas manos suaves se apretaban a nuestras manos. 'Suelta más hilo'.
El aire nos hacía reír, juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento, hasta que se rompía con un leve crujido como si hubiera sido trozado por las alas de algún pájaro.
Y allá arriba, él pájaro de papel caía en maromas arrastrando su cola de hilacho, perdiéndose en el verdor de la tierra.
Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío.
De ti me acordaba. Cuando tú estabas allí mirándome con tus ojos de aguamarina.
A centenares de metros, encima de todas las nubes, más, mucho más allá de todo, estás escondida tú, Susana. Escondida en la inmensidad de Dios, detrás de su Divina Providencia, donde yo no puedo alcanzarte ni verte y adonde no llegan mis palabras.
Miraba caer las gotas iluminadas por los relámpagos, y cada que respiraba suspiraba, y cada vez que pensaba, pensaba en ti, Susana.
La lluvia se convertía en brisa
Hace mucho tiempo te fuiste, Susana. La luz era igual entonces que ahora, no tan bermeja; pero era la misma pobre luz sin lumbre, envuelta en el paño blanco de la neblina que hay ahora. El mismo momento. Yo aquí, junto a la puerta mirando el amanecer y mirando cuando te ibas siguiendo el camino del cielo; por donde el cielo comenzaba a abrirse en luces, alejándote, cada vez más desteñida entre las sombras de la tierra.
Fue la última vez que te vi. Pasaste rozando con tu cuerpo las ramas del paraíso que está en la vereda y te llevaste con tu aire sus últimas hojas"
He tomado unas fotos, aqui subo las primeras junto a un fragmento del Pedro Páramo, según yo uno de los dialogos mas hermosos que se hayan escrito.
"El agua que goteaba de las tejas hacia un agujero en la arena del patio. Sonaba: plas, plas, y luego otra vez plas, en mitad de una hoja de laurel que daba vueltas y rebotes metida en la hendidura de los ladrillos. Ya se había ido la tormenta. Ahora de vez en cuando la brisa sacudía las ramas del granado haciéndolas chorrear una lluvia espesa, estampando la tierra con gotas brillantes que luego se empañaban. Las gallinas, engarruñadas, como si durmieran, sacudían de pronto sus alas y salían al patio, picoteando de prisa atrapando las lombrices desenterradas por la lluvia. Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, irisaba todo de colores, se bebía el agua de la tierra, jugaba con el aire de la mañana...
Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes. Cuando volábamos papalotes en la época del aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente del pueblo mientras estábamos encima de él, arriba de la loma, en tanto se nos iba el hilo de cáñamo arrastrado por el viento. 'Ayúdame, Susana'. Y unas manos suaves se apretaban a nuestras manos. 'Suelta más hilo'.
El aire nos hacía reír, juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento, hasta que se rompía con un leve crujido como si hubiera sido trozado por las alas de algún pájaro.
Y allá arriba, él pájaro de papel caía en maromas arrastrando su cola de hilacho, perdiéndose en el verdor de la tierra.
Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío.
De ti me acordaba. Cuando tú estabas allí mirándome con tus ojos de aguamarina.
A centenares de metros, encima de todas las nubes, más, mucho más allá de todo, estás escondida tú, Susana. Escondida en la inmensidad de Dios, detrás de su Divina Providencia, donde yo no puedo alcanzarte ni verte y adonde no llegan mis palabras.
Miraba caer las gotas iluminadas por los relámpagos, y cada que respiraba suspiraba, y cada vez que pensaba, pensaba en ti, Susana.
La lluvia se convertía en brisa
Hace mucho tiempo te fuiste, Susana. La luz era igual entonces que ahora, no tan bermeja; pero era la misma pobre luz sin lumbre, envuelta en el paño blanco de la neblina que hay ahora. El mismo momento. Yo aquí, junto a la puerta mirando el amanecer y mirando cuando te ibas siguiendo el camino del cielo; por donde el cielo comenzaba a abrirse en luces, alejándote, cada vez más desteñida entre las sombras de la tierra.
Fue la última vez que te vi. Pasaste rozando con tu cuerpo las ramas del paraíso que está en la vereda y te llevaste con tu aire sus últimas hojas"
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